Mi papá es mi conciencia, es la claridad evidente del bien y el mal, de lo que uno debe hacer, aunque no tengas ganas. Es mi timidez y mis risas después de sus chistes. Es el despliegue de una cumbia en traje de abogado, que me dan ganas de disfrutar más seguido. Es mi recuerdo, mi memoria y mi responsabilidad. Es el consejo sabio y la protección que extraño cuando estoy lejos. Es un hombre honesto, uno de los pocos que quedan, que sueña con un mundo mejor y me hereda la construcción de las utopías. Y son las ganas de volver rápido a Argentina para cumplir sus sueños, y evitarle asÍ toda tristeza.
Hace 13 años
2 comentarios:
si hay algo que disfruto cada verano cuando voy a zapallar a bucear es ese ratito de charla con tu papá y tu mamá. las anécdotas del edgardo(ya lo decía la gaby montecino, hay que buscarlo en la playa a las 7 de la tarde, cuando ya se cansó de leer y tiene ganas de contarlas) y las ocurrencias de tu madre, que siempre se intriga con lo que vemos en el fondo del océano.
Pochita: Me transportaste por un ratito a ese paraiso real y afectivo. Gracias, Pochita. Ya viene lo de Zapo, prometido. Besos
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