Hace dos años, cuando volvimos a Argentina, me llama una periodista para hacerme una entrevista. Yo me empiezo a agrandar, porque seguro que me va a preguntar lo que estamos estudiando en Francia, nuestros proyectos de crear Historia de las Religiones en Mendoza, los esfuerzos económicos y afectivos que nos costó ese sueño, las vivencias desde afuera. Y cuando llego, me doy cuenta de que en realidad lo que a ella le interesa es una descripción de Paris, para la sección turística del diario. Y aunque mi ego salió un poco lastimado, bien merecido lo tiene, me sirvió para contar el recorrido que les hago a mis visitas por Paris. Así que, por si a alguien le sirve (medio difícil con la locura del euro, pero para darle una ayuda a Roky), acá les dejo mi guía, que de turística no tiene nada. Aclaro que yo no lo escribí, porque pertenece a Tania Abraham, y yo estoy pidiendo prestado un pedacito.
El recorrido que siempre nos encantó, es el que comienza en el Parque de Luxemburgo, repleto de tilos perfumados donde cada domingo es habitual ver a músicos en la pérgola central entonando canciones con sus familiares como público y algún transeúnte que, como nosotros, se detiene un rato.
De ahí, por el Boulevard Saint Michel se llega a la Plaza de la Sorbona, la antesala del edificio en el que estudiamos, con sus grupos de jazz y cafecitos para los alumnos. Allí lo típico es sentarse y pedir una “formule”, son opciones por ejemplo de panini, que es un pan de pizza con queso, pollo y tomate que se sirve caliente, ideal para una comida de invierno a diferencia de las baguettes, que son sándwiches fríos con jamón, queso, tomate y huevo.
Salvando este lapsus gastronómico, la caminata continúa siempre por la misma calle hasta la Fontana de Saint Michel y el Sena. Es un paisaje que aunque lo hayas visto miles de veces, no podés dejar de detenerte un instante para admirarlo una vez más. A tanta belleza nadie se acostumbra.
Al cruzar el río, espera la Île de la Cité, el espacio entre los brazos del Sena en el que se encuentra Notre Dame, la Conciergerie y la Sainte Chapelle, entre otras maravillosas edificaciones tan tradicionales de la ciudad. Allí, hay dos opciones, o seguimos a la izquierda, y nos detenemos en la pequeña placita que hacia el final de la isla se incrusta en el agua, tan verde y llena de flores, como un recorte del edén; o continuamos hacia la derecha y llegamos a la Île de Saint Louis. Un encantador paraje sumamente escueto, con una calle principal y dos que la bordean en forma de almendra, franqueada por enormes árboles que por estos días deben lucir los encantos del otoño. En la avenida principal, bares y casas de arte centran la atención.
El paseo, siempre retorna a Saint Germain dès Près, todo un barrio de artistas; allí se encuentra la Academia de Bellas Artes, muchas casas de anticuarios y salas con exposiciones de pinturas; el famoso Café de Flore, lugar de encuentro de tantos filósofos y hacedores de arte contemporáneo.
El recorrido que siempre nos encantó, es el que comienza en el Parque de Luxemburgo, repleto de tilos perfumados donde cada domingo es habitual ver a músicos en la pérgola central entonando canciones con sus familiares como público y algún transeúnte que, como nosotros, se detiene un rato.
De ahí, por el Boulevard Saint Michel se llega a la Plaza de la Sorbona, la antesala del edificio en el que estudiamos, con sus grupos de jazz y cafecitos para los alumnos. Allí lo típico es sentarse y pedir una “formule”, son opciones por ejemplo de panini, que es un pan de pizza con queso, pollo y tomate que se sirve caliente, ideal para una comida de invierno a diferencia de las baguettes, que son sándwiches fríos con jamón, queso, tomate y huevo.
Salvando este lapsus gastronómico, la caminata continúa siempre por la misma calle hasta la Fontana de Saint Michel y el Sena. Es un paisaje que aunque lo hayas visto miles de veces, no podés dejar de detenerte un instante para admirarlo una vez más. A tanta belleza nadie se acostumbra.
Al cruzar el río, espera la Île de la Cité, el espacio entre los brazos del Sena en el que se encuentra Notre Dame, la Conciergerie y la Sainte Chapelle, entre otras maravillosas edificaciones tan tradicionales de la ciudad. Allí, hay dos opciones, o seguimos a la izquierda, y nos detenemos en la pequeña placita que hacia el final de la isla se incrusta en el agua, tan verde y llena de flores, como un recorte del edén; o continuamos hacia la derecha y llegamos a la Île de Saint Louis. Un encantador paraje sumamente escueto, con una calle principal y dos que la bordean en forma de almendra, franqueada por enormes árboles que por estos días deben lucir los encantos del otoño. En la avenida principal, bares y casas de arte centran la atención.
El paseo, siempre retorna a Saint Germain dès Près, todo un barrio de artistas; allí se encuentra la Academia de Bellas Artes, muchas casas de anticuarios y salas con exposiciones de pinturas; el famoso Café de Flore, lugar de encuentro de tantos filósofos y hacedores de arte contemporáneo.
11 comentarios:
Lo gastronómico no debería ser un lapsus...
Qué poco estuve en París.
Que no se lastime tu ego, esperabas más del periodista, eso es todo.
Malen: el periodista no estaba a la altura de las circunstancias, veámoslo de ese modo y sostengamos el espíritu egocéntrico del post (y con justas razones), porque de vez en cuando no viene mal, si uno tiene con que, creérsela un poquito, por qué no?. Volviendo a París, debe ser maravilloso, yo me arrepiento tanto de no haber viajado cuando se podía, en fin, lamentablemente lo veo cada vez más lejano e imposible, ojalá me equivoque, y si me equivoco y seguís en París, prometo irte a visitar, así la Cata y el Santi juegan, y quién te dice...?, besos Malen.
Hola Malen, qué lindo recorrido. Yo estuve una sola vez en París y hace casi 10 años. Qué ganas de volver!!!
Con respecto al periodista, no te sientas mal. Seguí el consejo de Luciano.
Soy un desastre escribiendo!!! Porque en realidad, lo que quise decir es que a veces sale algo lindo de lo que no esperas, y como a veces el ego es muy estupido. Porque pobre Tania, ella hacia su laburo para la seccion de turismo pero seguro le hubiera gustado escribir de otra cosa, y nos quedamos charlando horas en un café, contandonos las vidas. Lo lindo fue que pude compartir algo que yo destino a los que quiero con todo el que venga para Paris.
Lo del lapsus gastronomico es verdad, es importante saber esas cosas cuando vas a una ciudad, sobre todo el panini, porque salva en invierno. Mi problema es que yo soy un lapsus gastronomico en Paris, porque no tengo idea, que para eso esta mi hermana Rosario, que la estoy esperando para que me instruya un poco.
Asi que no se preocupen y lo que quiero es que si alguna vez vienen puedan conocer esos lugarcitos de Paris.
Flor: Dale, veni y asi bailan juntos. Besos
Luciano: Siempre es poco tiempo para Paris, dicen que hay que estar un mes para recorrerla tranquilo, pero es dificil, no?
Chili: BIENVENIDA!!!! Qué bueno que pases por aca!
Y vengan, nomas.
Malenin:
Me has hecho viajar un poquito por el desconocido París para mi.
Ojalá pudieramos ir a visitarlos a los tres y recorrer París y bueno de ahí me iría a Italia para visitar mis raíces. En fin es lindo imaginarse los lugares que describís y lo gracioso es que meti en un mapa a traves de internet para ver de que estabas hablando jajaja.
Te quiero
Ay Malen! Que ganas de ir a visitarte y que me lleves por ahi!
Me acuerdo que la primera vez que fui a Paris paré en la casa de una amiga que vivía en la rue Muftard (ja, seguro que los nombres los escribo todos mal), re lindo!
Caminé sola (mi amiga laburaba) por el boulevard St Michel, el St Germain y me fui hasta la Torre Eifel, que no la vi hasta que di vuelta a una esquina, y de repente enorme!
Ese camino me lo acuerdo bien, porque fue el primero que hice sola, con un mapa.
Que linda ciudad! Y que buen paseo para tus visitas!!!!!
Un beso
gracias por el paseo!!! buenisimo
Pobre Tania! jaja. Bueno, no pasa nada.
Tres días estuvimos y pasamos un día entero en el Louvre, salimos mareados pidiendo piedad, por favor basta.
Que ciudad.
Romi: Me encanto que hayas buscado en el mapa, qué buena idea! Vos sabés como los extranio y me gustaria que estuvieran aca, no? Y después me engancharia en el viaje de Italia, qué lindo! Besos
Rosario: BIENVENIDA!!! Qué bueno que es leerte por aca! A mi me pasaba lo mismo cuando hablabas de Dorking, y me trasladaba por tus pagos verdes. Vos también venite y vamos a la calesita. Qué bueno que es traerte buenos recuerdos, y a mi me pasa lo mismo con los nombres, tengo que mirar si los escribo bien, jeje. Besos
Morkelik: A vos también te invito a la calesita y gracias por acompaniarme en el paseo. Besos
Luciano: A mi me paso lo mismo con el Louvre, te satura y llega un momento que no ves nada. Bueno, solamente ves japoneses y a mi Gioconda querida. Saludos
Hola Malen, vengo desde el Sur. Que lindo recorrido, si ya casi me acuerdo que estuve ahi y todo. Pero fue hace tanto tiempo... siempre recuerdo un rinconcito que ignoro si seguira estando, en la Plaza Vendome (por favor imaginate los acentos en frances, porque no tengo ni es espanol). Tambien recuerdo, con particular carino una plazita de juegos cerca del Arco del primer arco (creo que del carrousel)...y las crepes (bien caras) que ahi hacian.
Las trampas del ego... vio como es. Voy a seguir leyendo, esto de la historia de la religion, es muy interesante (aunque soy un gran ignorante) para mi. Vuelvo al sur, pero mi barco volvera.
Saludos.
Mares del sur: BIENVENIDO!!! Qué lindo que su barco pase por aca!! Me alegra haberte traido lindos recuerdos, las crepes siguen igual de caras, pero muy buenas, sobre todo con Nutella!!
Ya voy a ver qué pongo de historia de las religiones, pero en general uno sabe de lo que hace, porque no alcanza el tiempo, asi que no te preocupes.
Espero tu visita y gracias por venir.
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