Me acuerdo que cuando estaba embarazada me decían que aprovechara para no hacer la cola del banco o me indignaba cuando en el supermercado se hacían los ciegos, mirando para otro lado y no dejarte pasar. Y aunque a veces me daba vergüenza, entendí la razón de ese privilegio: las piernas aguantan solamente diez minutos parada y después lo único que querés, es sentarte. Acá en Francia no existe ese privilegio, nunca he visto que les den el asiento y tienen que hacer la cola como todo el mundo, aunque sea tres horas, y aunque estén con un bombo de nueve meses. Por lo menos, les evitan a los demás el esfuerzo de mirar para otro lado.
Hace 13 años
2 comentarios:
Cada vez que leo tu blog hago presente el porqeu me enamoré de vos. Supongo que la vida, los hijos, las responsabilidades y la cotidianeidad (porque nosotros nunca tendremos rutina!!!) te van tapando el bosque, el mar de tu espiritu, pero vos me lo mostras y veo el hada de alas moradas que comia sandwichs conmigo bajo los tilos del parque civico..... y con eso era feliz.
te amo
MI CUORE: Vos sos el que me permite visitar el mar tan seguido. Yo sigo siendo feliz gracias a vos. Te amo
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