lunes, 26 de mayo de 2008

LA MOZA

Le encanta descubrir la bondad en la gente que viene a comer, en aquellos que la miran y le agradecen. Es invisible y eso le permite conocer quién es quién, porque en esos momentos ves la humanidad, en la actitud que adoptan con los que les sirven. Y cuando termina la noche, se sienta con los otros mozos a tomarse un kir y fumarse un pucho. Y se ríen tanto…

4 comentarios:

Andre dijo...

Y ve en la cara de los comensales todas las vivencias, alegrías y tristezas que están viviendo, no?
Te imagino... me encanta lo que escribís...

Malen dijo...

Andre: Si!!! Eso es lo que me gusta de esa vida!!! Gracias por acompaniarme de nuevo!! Y no sabés como me alegra que me digas que te gusta lo que escribo porque hay veces en que pienso que es malisimo. Besotes

caro dijo...

Sabes cuando trabaje como moza habia una pareja de viejitos que llegaban, pedian un whisky y hablaban durante horas, yo los observaba y a veces me daban ganas de poner un microfono y escuchar que se decian, al salir se daban un beso y cada uno partia para su lado. Sugerente situacion para un cuento.

Malen dijo...

Calolina: Qué historia mas linda!!! Si, escribi un cuento, dale!!! Me encanto!! Besotes