BUTTES CHAUMONT

Hay amigos que se quedaron mentalmente en Paris, para recordarme ciertas cosas. Mi amiga Cecilia se quedó junto a sus libros, que descubro cuando necesito divertirme, o en los lugares que ella me aconsejó conocer.
Y es así como hoy llegamos al Parque de Buttes Chaumont, un hermano cercano del Parque de Montsouris que yo adoro. Estos dos parques parecen islas entre edificios, porque fueron construidos para escaparse, frente a un lago con patos. A diferencia de otros parques, se puede pisar el pasto y sentir el ruido de una cascada.

Según el Marian, un decorado de cuento de Poe o el lugar ideal para ser chicos.

ENDORFINAS

Cuando voy a la facu, paso siempre por una Patisserie vienesa. Desde una callecita sin veredas, se puede ver solamente unas pocas mesas y una vidriera con varias exquisiteces. Y siempre busco el olor a canela, a manzanas calientes que sale de ahí.
Un día decidí entrar y probar un cramble de manzanas. No duré ni diez minutos, salí con gusto a maltrato de comida rápida.

Pero después escuché que lo que realmente nos da placer en las comidas es el olor, lo que libera las endorfinas. Así que les perdono el malhumor con que atienden a la gente, mientras sigan abriendo la puerta y se escapen las especias.

VARON

Es un VARON!!! Todavía estamos discutiendo el nombre, así que ya lo comunicaré oficialmente. Y obviamente cada vez más felices.

RRRRROSADO

Ayer me enteré que hay un pueblito en Francia llamado Saint Valentin. Y reciben miles de parejas el 14 de febrero. Todo el pueblo espera ese día para vender todos esos corazones, sacar fotos enmarcados en corazones, entregar certificados, con corazones rosados obviamente.
Se viene una pelea por la denominación de origen, con la comuna italiana de Cursi.

INCOMUNICADO

En un programa de televisión francesa muestran la vida de las cajeras de hipermercados. Una cajera explica que todos los días termina una hora después porque las tareas que le asignan no coinciden con su tiempo de trabajo.
Entonces, una señora vestida de Dior, presidenta de la asociación “Éthique”, aunque podríamos llamarla “Amigos de la patronal”, le contesta indignada: ¿Pero cómo puede ser que usted no reclame el pago de esa hora extra?
La cajera la mira como si no entendiera lo que le dicen, porque sabe que reclamar implica perder su trabajo. Y se queda callada.
La señora entonces se queda contenta con su pequeña obra buena del día, y piensa: “Por eso esta gente no logra nunca nada”.

ESTACIONES DE METRO

Hay estaciones de metro distintas al resto, que uno busca en el trayecto, desviando la mirada del libro.
La que más me gusta es Les Halles, porque siento esa panadería invisible de la que hablé hace tiempo. Y tienta bajarse para buscarla.
Cité es una estación fantasma. La oscuridad acompaña la ausencia de gente y uno nunca sabe para qué para el tren.
Chateau d’eau tiene gritos a toda hora del día. Siempre que paso, me obligan a buscar a los que gritan.
Barbès te ofrece Marlboros de contrabando, en susurros, aunque todo el mundo lo sepa.
Gare du Nord muestra esa división social que divide el Norte del Sur en Paris. Como un hemisferio dado vuelta, los pobres van al Norte y los ricos al Sur.

ATRACONES

Mis gustos sobre música son totalmente eclécticos e intuitivos. Pero cuando puedo, me doy esos atracones donde paso de género como de dulce a salado sin sensación de saciedad. Anoche tocó un poco de música francesa, Bénabar y Raphaël; el programa genial One Shot Not que dan por el canal franco-alemán Arte, imperdibles para mí Alela Diane, Marcus Miller y Keziah Jones. Después, partes de un recital de Amadou et Mariam, un poco de Jane Birkin, y finalmente un recital de Jason Mraz.
Otra felicidad mía.